Pues tal y como indica el título de la entrada de hoy... ¡No hay prueba!
¿Pues bien, para los que os habéis molestado en abrir el blog y después de haber leído la primera linea, os explicaré el porqué.
En primer lugar, el coche de la adivinanza de la semana pasada, que era el elegido para publicar la entrada de hoy, me dejó plantado y el que tenía de reserva, que llevo esperando unos meses, se me complicó, y seguramente lo pruebe ésta semana. Además, tengo que confesaros, hay semanas que me resulta complicado publicar, o bien porque las pruebas no son especialmente concluyentes (o en algún caso, tan concluyentes, que no me atrevo a escribirlo...) o las fotos no son buenas (peores incluso que algunas que sí he publicado sin rubor alguno...) o sencillamente no tengo material para publicar.
En segundo lugar, llevo algún tiempo pensando en escribir esta entrada, y ésta parece la ocasión perfecta (además que no tengo otra...)


A veces me pregunto cual es la verdadera razón por la cual alguien cercano te cuenta (en mi caso, ME cuenta) el dilema que se le avecina ante la inminente decisión de comprar un coche.
Cuando alguien paga por un consejo (NO ES EL CASO) o por un asesoramiento concreto (a mi me pasa profesionalmente), entiendo que al asesor le dará exactamente igual lo que decida finalmente el asesorado, al fin y al cabo, lo que está pidiendo es consejo, no que tomen la decisión por uno.
Pero cuando uno le cuenta a un conocido y/o amigo este tipo de cuestiones, entiendo que pueda comprender el que el asesor se involucre como si la decisión la tomase para sí mismo (como es mi caso), por lo que a sabiendas de haber tomado muchas decisiones erróneas en su vida (el que esté libre de pecado...) el asesor se tome dicho asesoramiento como algo muy serio (incluso más que si la decisión fuese para uno mismo... hace no mucho, un proyectista amigo me confesaba que realizaba mejores proyectos para sus clientes que cuando se trataba de pensarlos para sí mismo...).
Pues es exactamente el sentido de todo esto, yo también dudo, y mucho al intentar dar mi opinión sobre la decisión en concreto.
Lo primero, y quizás lo más importante es conocer bien a quien te pregunta, o mejor dicho, al futuro comprador, porque esa es otra particularidad, ya algún amigo me pregunta con respecto a un coche que ni siquiera va a comprar él, sino un familiar o amigo (su padre, en el mejor de los casos) y claro, ya me cuesta conocer a mi familia y amigos, como para conocer a la familia y a los amigos de un amigo...

Y os pongo un ejemplo. Hace ya unos años, creo que más de 8 o 10, un conocido me dijo que quería comprar un deportivo, algo rápido y divertido... y lo llevé a probar un Porsche Cayman. Lo curioso es que no quiso conducir, lo conduje yo.
No lo entendí hasta que no me coincidió que me llevase él en su coche, que por aquel entonces era un Mercedes ML... solo puedo deciros que no es que no respetase los "ceda el paso", es que no respetaba ... ¡los STOP ! ERA ESPECTACULAR... realmente daba miedo.
Por supuesto la recomendación de compra, por el bien de su vida y la del resto de los conductores se quedó en algo más llevadero... un clio 16V... o el Mini Cooper S que finalmente resultó elegido...
También está el ejemplo del asesorado "modelo" viuda, que como define un buen amigo mío (al cual también he asesorado) son aquellas personas que le preguntan a todo el mundo para después hacer lo que les da la gana, generalmente aquello que primero tenían pensado...
De esos que te preguntan, insisten, les buscas hasta presupuesto, te piden que te mojes... lo haces y ¡ZAS! ni p... caso....
Siempre consuela escuchar algún "tenías razón... debería haberte hecho caso"... ante consejos como aquel de "compra menos motor y más equipamiento"... menos motor eran 197CV en lugar de 218... y más equipamiento no era techo solar, sino unos faros de xenon...
Lo peor de todo es que me encanta que me pregunten... que me preguntéis... y eso debe notarse, porque como os contaba en el Facebook esta semana, últimamente estoy desbordado... en un día han llegado a llamarme tres amigos diferentes para preguntarme por su compra inminente.
Por lo menos el primero ya se ha decidido, y no es que me haya hecho caso, es que charlamos y creo que llegamos a la misma conclusión...
El segundo parece que se ha visto condicionado por la terquedad de Hacienda por revisar con lupa las cuentas de los autónomos y finalmente va a esperar a que su coche actual reviente para cambiarlo.
Y el tercero, que creo tener identificado como uno de esos "modelo" viuda... pues ya le he pasado dos cotizaciones, pero directamente del coche que tengo claro que quiere... pero que no se comprará... o sí.
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